Un museo atemporal
Museo, Casa Provincial Redentoristas. Madrid 2016
Descarnar los muros perimetrales de sus revestimientos y dejar a la vista el ladrillo original es la estrategia para emocionar al visitante que observa, en el propio espacio, una de las variantes de la exposición; el paso del tiempo.
La intervención persigue poner en valor este paso del tiempo dentro de la intervención arquitectónica como una cuestión atemporal y natural, que se ofrece al espectador dentro de una concepción moderna y vanguardista del propio espacio.
EL MUSEO se observa y se recorre desde dos itinerarios posibles; el exterior y el interior.
El exterior es un itinerario por el que se va accediendo desde el pasillo colindante a zonas de miradores que invaden el interior del espacio de exposición, asomándose para visualizar escenas de 180 grados como si se observara desde un balcón.
El interior es un recorrido experiencial dónde el espectador va visualizando los objetos expuestos en vitrinas y mobiliario específico que va encontrando a través de los caminos conformados.
La iluminación juega un papel fundamental en la composición de este tipo de espacios, no solo desde un punto de vista funcional, sino desde un punto de vista ambiental ya que ayuda a la recreación de escenas de elevada teatralidad en el espacio diseñado.
El tiempo es un elemento más, es un material. Es curioso cómo en la sociedad occidental se valora el tiempo a través de las reliquias, de los edificios antiguos, pero, a la vez, se intenta borrarlo porque no hay nada más valioso que lo nuevo, que ser joven.
Nicolás Campodovico